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29 de junio de 2009

ADIC responde a Echegaray y Casado Soto

La Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC), ha querido salir al paso de las declaraciones de los Sres. Casado Soto y González Echegaray en el Diario Montañés referidas al lábaro para, desde el respeto a su opinión, reafirmar su compromiso por el reconocimiento del símbolo respetando la actual simbología de Cantabria. El Presidente de ADIC, Bernardo Colsa, tras hablar personalmente con Casado Soto y Echegaray, y desde el respeto y admiración por el trabajo de estas dos personalidades, les ha vuelto a explicar en qué consiste el proyecto para aclarar cualquier duda que pueda generar y confirmar la postura de ADIC, que va en consonancia con lo manifestado por Echegaray en su magnífico estudio sobre el lábaro. No obstante, ADIC manifiesta su honda preocupación por la deriva a la que se pretende llevar el debate, la “batasunización” del cantabrismo comparándolo con el nacionalismo radical vasco y la ideologización del lábaro como bandera exclusivamente nacionalista. ADIC rechaza ambas afirmaciones y no va a entrar en ese juego dialéctico porque sólo pide el reconocimiento de un realidad popular, la utilización del lábaro como símbolo utilizado por nuestra ciudadanía para verse representada como cántabros.
ADIC lamenta la confusión que ha generado en ciertos ámbitos su propuesta en relación con el reconocimiento del lábaro como símbolo cántabro y ha querido salir al paso de los comentarios, a su juicio, fuera de lugar, del historiador Casado Soto, comparando el mundo radical vasco con el cantabrismo y ADIC, algo por lo que esta asociación no va a pasar. Según Bernardo Colsa, presidente de la asociación, “ADIC es un colectivo cantabrista formado por más de 2.000 asociados, absolutamente democrático y respetuoso con el orden constitucional que lleva treinta y tres años defendiendo unos postulados claramente autonomistas, integradores, no excluyentes y abiertos”.
ADIC respeta, como no podía ser de otra manera, las críticas que puedan verterse sobre su proyecto pero reclama tolerancia, conocimiento y responsabilidad. Según afirma Carlos Ruiz, vicepresidente de ADIC, “ésta nunca ha pedido la substitución de la actual simbología de Cantabria, al contrario, ha reclamado que se difunda más si cabe promoviendo homenajes a la misma”. ADIC, continúa Ruiz, “sólo pide un reconocimiento oficial de un símbolo que se utiliza cada vez más masivamente y de manera espontánea por la ciudadanía, sinónimo de que es aceptada por ella”.
Colsa recuerda que el mero hecho de aceptarse por el Parlamento su propuesta demuestra “la sinceridad de la misma”, eliminando cualquier adjetivo ideológico: “el lábaro es un bandera de todos los cántabros, no es privativa de ninguna ideología porque ninguna bandera deber ser ideologizada; mal vamos si a los símbolos se les carga de un componente político”.
Respecto a la supuesta polémica histórica, Colsa quiere dejar claro lo que propuga ADIC, que va muy en consonancia con lo que Echegaray manifiesta en su estudio y que se ha pretendido según él, tergivesar. Según el informe publicado en el tomo LXXV de la Revista Altamira, el prestigioso historiador afirma que no esta de acuerdo en substituir la actual bandera – ADIC tampoco- y que identificar el lábaro con el estandarte conocido como cantabrum –constatada su existencia- es aventurado porque, según Echegaray, el lábaro “es una creación nueva de la que solo puede decirse que se halla vagamente sugerida por los elementos históricos” que plantea en el estudio. Colsa es categórico, “el lábaro que promovemos es una interpretación particular, que no histórica, del cantabrum; desafortunadamente, nadie conoce su diseño exacto y nadie puede decir que fuera como se representa actualmente. Es indudable que exisitió un estandarte de color púrpura llamado cantabrum. Hoy en día se utiliza esa certeza histórica para colocar sobre un trapo color púrpura uno de los símbolos más característicos, representativos y recurrentes de Cantabria, los cuatro crecientes lunares representados en varias estelas cántabras e incorporados a la heráldica oficial de nuestra Comunidad. Pero de ahí a afirmar e identificar con rigor que el cantabrum es el lábaro va un abismo y nosotros nunca saltaremos a él.”

4 comentarios:

m.t. dijo...

"Tocar" los símbolos siempre es delicado.Lo que es patra reflexionar ,es que ahora, en plaena expansión del cantabrismo,aparezca el trabajo de tan doctos e ilustres connacionales.
Mariano de Talledo(es un alias)

ZarpaS dijo...

Al hilo del comentario de Mariano de Talledo, opino que estos "doctos" señores como les define, además de tocar NUESTROS SÍMBOLOS lo que pretenden es tocarnos a los cántabros otras "partes" que penden de nuestras anatomías (a la anatomía masculina me refiero) cosa que de ninguna forma estamos dispuestos a consentir,al menos este que escribe.
Hagamos caso omiso pues, a quienes no buscan sino puntual protagonismo a base de publicar lo primero que se les ocurre.
Sigamos preservando los orígenes de nuestra cultura que son los orígenes de nuestro ser y de nuestro estar.

Anónimo dijo...

En un principio, me extrañaba un poco que Echegaray se hubiera prestado a algo así. En la contestación de ADIC hoy, se dice que Echegaray se ha sentido "tergiversado" por el Diario Montañés. Por eso habrá que esperar a leer su estudio, pues la deformación que el Diario del Movimiento realiza de la información en general, y con todo lo que tenga que ver con la (re)construcción nacional cántabra en particular, es sistemática.

En un tríptico que ADIC repartió ya hace años, se explicaba bien la diferencia entre cantabrum y labarum, y el hecho de que el Lábaru contemporáneo no es sino un diseño moderno (de dudosa rigurosidad) inspirado en éstos. También es verdad que Colsa y Ruiz dejan margen a estas críticas con comentarios con poco fundamento histórico como que "es indudable que exisitió un estandarte de color púrpura llamado cantabrum", en la contestación que acaban de emitir.

A esto habría que añadir que la vinculación del labarum (símbolo romano pero con etimología céltica) y Cantabria, que a día de hoy está por demostrar, ya se dio en el imaginario popular de, que nos conste, los cántabros del siglo XIX. Diversos batallones cántabros que participaron en la guerra contra el francés, por ejemplo, portaban un "Lábaro Cántabro", aunque con otra reconstrucción distinta a la actual.

A Casado Soto sí que se le vé más fanatismo en la crítica al Lábaro, con alusiones que entran en lo ideológico y en lo patético, porque lo de mentar a los vascos es un recurso ya tan manido...
Por ahí se apunta a unas diferencias personales con Colsa y Marcano, que yo ignoro por completo. Lo que sí me consta es que es el "padre" de la actual bandera autonómica, y quizá el fervor paternal le ha cegado hasta el punto caer el error que achaca a los defensores del Lábaru, en nombre del "rigor histórico" (por favor!).

Para empezar, esa bandera de 1755 en la concesión del título de Santander, si no me equivoco, es representativa tan sólo de la ciudad. Y parece que es roja y amarilla, no rojiblanca: http://img390.imageshack.us/img390/5640/escudosantander1755.jpg


Para seguir, la bandera de 1848 es representativa de la Provincia Marítima de Santander, no de Cantabria.

Y para terminar, la alusión final a la Batalla de Vargas, que no queda claro si es cosecha de Casado Soto o propia del panfleto anticántabro, está cojísima, como ya pusiera de manifiesto Dovidero en una magnífica carta que fue silenciada por el Diario Montañés: http://server3.foros.net/viewtopic.php?t=1090&postdays=0&postorder=asc&start=10&mforum=forucantabria

Por no hablar de la soberana tochada de que las banderas no empezaron a existir como tales en el S. XVIII, que creo que se comenta por sí sola, o si no que se lo pregunten a los chinos, daneses u holandeses.

Por otra parte, resulta muy explicativo el empeño que ponen los poderes fácticos por desprestigiar un símbolo que goza de un arraigo popular mucho mayor que sus banderas española y polaca. Puestos a hacer comentarios históricos, dígase que la rojigualda que nos están imponiendo en tamaño familiar por distintos puntos de nuestra capital, no es más que un diseño elegido a dedo a finales del S. XVIII por un monarca jacobino y anticántabro de dudoso gusto estético, e impuesta en 1937 con la ocupación militar de Cantabria por las tropas franquistas.


En definitiva, las banderas son símbolos que en un momento histórico fueron creadas. El Lábaru fue creado en los años 80, interpretando fuentes de hace 2000 años de forma errónea, continuando la confusión "labarum"-"cantabrum" que ya se diera en el siglo XIX, e integrando símbolos cántabros milenarios como la Estela de Barros. Que a nadie le duelan prendas por reconocerlo, lo que importa es la verdad, la aceptación popular y las connotaciones de soberanía nacional que ese símbolo tiene actualmente.

Trenti

Anónimo dijo...

Debo corregir al autor de uno de los comentarios en el que calificaba al Diario Montañés como diario del movimiento; el periódico del Movimiento era el ALERTA,siendo el Diario Montañés propiedad de Propaganda Popular Católica, propiedad a su vez del Obispado de Santander.
Mariano de Talledo.